jueves, 12 de junio de 2008

yo soy bea

PUNTO Y FINAL. Lunes 9 de junio de 2008
Queridos feonautas: Ha llegado el momento. Después de todas las lágrimas que he derramado durante estos años por mi desgraciado físico, al fin he decidido poner punto y final a una de las mayores adversidades con las que he vivido desde que nací. No prometo nada fuera de lo normal, no quiero llamar la atención, ni ser una persona espectacular pero me siento orgullosa de haber dado el primer paso para convertirme en alguien diferente, alguien un poco menos feo, alguien normal. Siempre he renegado de mi falta de encanto por motivos obvios. Vosotros, feonautas, seréis probablemente los mayores conocedores de mis complejos, de mis miedos, de mi mundo en general. Siento que habéis sido un apoyo enorme durante este tiempo, y que sin vosotros probablemente, jamás habría abierto los ojos, nunca habría dado este paso tan importante como el de arrancarme el aparato de los dientes o encerrar mis prehistóricas gafas en un viejo cajón para siempre. Lo habéis hecho todo a través de Be. Ella ha sido una representante, la mano ejecutora de lo que a vosotros os habría encantado hacer por mí: regalarme un trocito de felicidad de una forma que jamás habría imaginado. Sabéis que nunca le he dado importancia al aspecto físico de nadie, pero lo que acabo de averiguar es que conmigo jamás he sido tan tolerante. Me repugnaba mirarme al espejo, imaginarme mi cara sin mis aparatosas gafas, mi cuerpo aprisionado en ropas ceñidas… cualquier cosa era mejor que enseñar mi verdadero yo. Pero ahora eso lo he superado. Aún no me he visto en ningún espejo, ni siquiera sé si estaré favorecida o peor aún de lo que ya estaba, pero no se trata de cómo me vea, sino de cómo me sienta. Y os puedo asegurar, que me siento mucho mejor que nunca en toda mi vida. Por primera vez me siento segura conmigo misma. No necesito que nadie me halague, que me digan lo mucho que he cambiado, porque soy yo la única que puede corroborarlo. El verdadero cambio está en mi interior, en mi capacidad de aceptarme tal y como soy. Y eso es lo más importante que he aprendido hoy, que ni el colorete, ni los tacones, ni el esmalte de uñas, me harán sentir mejor sin un mínimo de predisposición. Y, puedo aseguraros, que con esmalte o sin él, hoy me siento como nunca antes me había sentido. Hasta mañana feonautas. Una fea que se siente guapa

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